lunes, 21 de marzo de 2011

Qué lindo que es soñar...

De pronto nos quedamos a solas, mirándonos. Paraste en seco y cogiendo aire me confesaste lo que llevaba tanto tiempo intentando averiguar: te gustaba.

Se paró el tiempo en aquella fría noche granadina, hasta los árboles contenían la respiración. Tú también me molabas y mucha gente lo sabía. Mi sueño se había hecho realidad. Te dije que también sentía lo mismo por tí mientras nos acercábamos hasta besarnos.

Me desperté. Había sido un sueño. Dicen que los sueños reflejan nuestros miedos más ocultos o, como en este caso, los deseos más profundos del corazón. Dicen que a veces los sueños de vuelven realidad. Sólo el tiempo lo sabrá.

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