miércoles, 24 de agosto de 2011

Luz

La Luz está hecha de Sombras. Sombras que oscurecen la vida y que hacen brillar esos pequeños momentos que nos llenan y nos ayudan a encontrarle un sentido a esta aventura.



Solo lo que importa es realmente importante.

lunes, 8 de agosto de 2011

Cierra los ojos para ver


Estoy cansado de la gente que mira la vida con múltiples filtros para no ver la realidad tal cual es. Cansado de ese grupo de señoras, de ese paseante solitario, de esos niñatos repelentes que lanzan miradas yoyó.

Paseando una tarde, miran unas manos entrelazadas en un gesto de cariño y después a las caras de sus propietarios. ¿Cómo? ¡No es posible! Bajan la mirada de nuevo y comprueban lo que han visto: dos personas cogidas de la mano. De nuevo miran a las cara y se les corta la respiración. ¡Dos chicos cogidos de la mano! ¡Dos chicas dándose un beso!

No puedo entender qué ve la gente de malo en ello. No quiero entender su manera de verlo y de razonar los motivos por los que una pareja entre personas del mismo sexo no es normal.

¿Qué hay de malo en ello? ¿No pueden quererse dos personas? ¿Tienes que amargarles el rato con miradas de reproche, con comentarios hirientes o con agresiones mayores? ¿Qué te han hecho a tí?

Piensa, cierra los ojos para ver, para ver sin tabúes ni prejuicios, para entender que solamente son dos personas, cada una con su vida, intereses, familia, estudios, amigos y preocupaciones, como cualquier ser humano de esta bolita azul llamada Tierra. Dos hombres que se quieren, que son felices y que intentan vivir lo mejor posible, como cualquiera de nosotros. Dos chicas que están trabajando duro para pagar el alquiler de su primer piso. Unos enamorados que pasean cogidos de la mano por la ciudad, contando los días que les quedan de verano hasta septiembre para volver a verse tras un fin de semana secreto. Dos amigas que empiezan a tomarse un cariño especial más allá de la amistad, descubierto con un primer beso.

¿Tan difícil es de entender eso? Cierra los ojos, y verás como no.

miércoles, 3 de agosto de 2011

¡Haz algo!


Se complicaba demasiado la vida y ella no sabía cómo explicárselo para que lo entendiera. La vida puede ser mucho más facil si se le quita importancia a ciertas cosas, si uno se preocupa por lo verdaderamente esencial, por aquellas cosas que dentro de un año seguirán importándonos. Todo lo demás es pasajero, pero él no lo comprendía.

Respiró hondo y miró a su alrededor. Los niños jugaban con el agua de la fuente mientras sus abuelos conversaban en un banco a la sombra, todos ajenos a ellos dos, ajenos al micromundo de dolor de Mario, quien no podía parar de llorar.

- Mario, no puedes hundirte por esto, de verdad. Ella ha estado jugando contigo y te ha hecho muchas putadas, no dejes que te dañe aún más. Lo mejor que podías haber hecho es dejarla, después de todo lo que te ha hecho.
- No puedo evitarlo -dijo secándose las lágrimas-, en casa estoy todo el día fingiendo que todo va bien, mintiendo a mis padres para que no se preocupen por mí. Siento como si me hubieran robado algo, me falta una parte de mí... he perdido todo lo que tenía.
- Sé que es duro y, aunque ahora no lo veas posible, el tiempo lo cura todo.
- Triste consuelo.
- ¡Pues haz algo! No puedes quedarte ahí lloriqueando y esperando que las cosas se arreglen solas. Ahora me tengo que ir, me esperan en casa, pero antes de irme quería darte esto.

Le tendió un pequeño trozo de papel doblado y se despidió dándole un beso en la frente. Cuando se quedó solo, lo abrió y leyó las palabras escritas con su inconfundible caligrafía:

Si te vas a calentar, que sea al sol
si vas a engañar, que sea a tu estómago
si vas a llorar, que sea de alegría
si vas a mentir, que sea sobre la edad
si vas a robar, que sea un beso
si vas a perder, que pierdas el miedo
si existe el hambre, que sea de amor
y si es para ser feliz... que sea todo el tiempo.

Pablo Neruda


Sonrió y se levantó. Nunca sabría su secreto, pero Ana siempre conseguía levantarle el ánimo en los momentos malos y siempre estaba ahí para todo. Era una buena amiga. Comenzó a andar y susurró:

- Es hora de tomar las riendas de mi vida... hay que hacer algo.