Cualquier suposición, realidad o duda se vuelven universalmente verdaderas cuando en el momento más álgido de nuestra charla filosófico-tarada dices dos palabras.
Dos palabras... dos palabras que despliegan tu halo de misterio, que me dejan intrigado, me vuelven loco, que abren tu caja de los enigmas, que llenan mi mente de niebla y me hacen gritar en silencio a las estrellas cómo puedes afirmar tal o cual cosa.
Intuición femenina, las dos palabras cargadas de magia que se elevan en el aire haciendo círculos y que comienzan a vagar en busca del contexto que las haga realidad mientras viajan lejos, muy lejos...
martes, 29 de marzo de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
lunes, 21 de marzo de 2011
Qué lindo que es soñar...
De pronto nos quedamos a solas, mirándonos. Paraste en seco y cogiendo aire me confesaste lo que llevaba tanto tiempo intentando averiguar: te gustaba.
Se paró el tiempo en aquella fría noche granadina, hasta los árboles contenían la respiración. Tú también me molabas y mucha gente lo sabía. Mi sueño se había hecho realidad. Te dije que también sentía lo mismo por tí mientras nos acercábamos hasta besarnos.
Me desperté. Había sido un sueño. Dicen que los sueños reflejan nuestros miedos más ocultos o, como en este caso, los deseos más profundos del corazón. Dicen que a veces los sueños de vuelven realidad. Sólo el tiempo lo sabrá.
Me desperté. Había sido un sueño. Dicen que los sueños reflejan nuestros miedos más ocultos o, como en este caso, los deseos más profundos del corazón. Dicen que a veces los sueños de vuelven realidad. Sólo el tiempo lo sabrá.
sábado, 12 de marzo de 2011
Reír será un lujo
El frío se hacía notar, los copos de nieve danzaban a mi alrededor, el mundo entero se congelaba cuando de pronto apareció ella.
Ella, la musa de nombre frío, pero de amistad radiante. Como siempre, vino hacia mí y, con su sonrisa característica, se sentó a mi lado, desplegó su manta de pensamientos, me arropó con ella y nos pusimos a hablar...
En este mundo en el que vivimos todo es una carrera de obstáculos, una serie de pruebas unas tras otras que forman ese juego caprichoso y maravilloso que es la vida. Ambos coincidimos en que hay un truco que nos permite disfrutarlo más aún: la felicidad.
Y... ¿qué es la felicidad? Es ese conjunto de acciones y formas de pensamiento, esa magia que inunda tu cuerpo si abres tu mente y no permites que ésta te imponga fronteras.
No tiene sentido amargarse por los males del mundo entero, no vamos a solucionar nada haciéndolo, aunque sin embargo tal vez encontremos la solución si nos movemos, si nos levantamos, si luchamos.
No tiene sentido hundirse, no se puede tocar el fondo sin mirar arriba: tan sólo ahí está la luz de la esperanza. Recordemos que caer está permitido, pero levantarse es una obligación.
No tiene sentido aparentar alegría cuando uno siente tristeza, a veces uno se siente mejor después de un buen rato de llanto y ve las cosas mucho más claras al secarse las lágrimas.
Mi musa también me dijo que merecía la pena seguir los instintos, que había que buscar la felicidad, que la llave del baúl de la felicidad está escondida en la Torre más alta del castillo del Egoísmo, oculto bajo un mar de agua procedente de las lágrimas de todas las personas del mundo al que sólo accedemos en ciertas ocasiones.
Por eso, juega a vivir, lucha, fracasa, llora, húndete, toca el fondo y, una vez allí, bucea hacia adelante, pasa por el monte de los Arrecifes, el lago de las Diatomeas y gira a la derecha. Avanza hasta llegar a la casa del pez Luna, asómate a su balcón y mira hacia abajo: verás un abismo. Sumérgete en él y allí encontrarás el castillo. Tus sentimientos son la llave que abrirá todas sus puertas, sube las escaleras y detente ante la puerta de la Torre. ¿Estás listo para alcanzar la felicidad? Abre la puerta, destapa el baúl, cógela y medita.
Te darás cuenta de que el secreto de la felicidad está en encontrar las cosas pequeñas de la vida que merecen la pena: una flor, una mirada, una charla, una café, una amatista, una sonrisa...
Toma aire y sube a la superficie. Renace de nuevo para triunfar esta vez.
Querida musa, gracias por todo, por escucharme, por aconsejarme, por confiarme el secreto de la felicidad, gracias de verdad... Reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Ella, la musa de nombre frío, pero de amistad radiante. Como siempre, vino hacia mí y, con su sonrisa característica, se sentó a mi lado, desplegó su manta de pensamientos, me arropó con ella y nos pusimos a hablar...
En este mundo en el que vivimos todo es una carrera de obstáculos, una serie de pruebas unas tras otras que forman ese juego caprichoso y maravilloso que es la vida. Ambos coincidimos en que hay un truco que nos permite disfrutarlo más aún: la felicidad.
Y... ¿qué es la felicidad? Es ese conjunto de acciones y formas de pensamiento, esa magia que inunda tu cuerpo si abres tu mente y no permites que ésta te imponga fronteras.
No tiene sentido amargarse por los males del mundo entero, no vamos a solucionar nada haciéndolo, aunque sin embargo tal vez encontremos la solución si nos movemos, si nos levantamos, si luchamos.
No tiene sentido hundirse, no se puede tocar el fondo sin mirar arriba: tan sólo ahí está la luz de la esperanza. Recordemos que caer está permitido, pero levantarse es una obligación.
No tiene sentido aparentar alegría cuando uno siente tristeza, a veces uno se siente mejor después de un buen rato de llanto y ve las cosas mucho más claras al secarse las lágrimas.
Mi musa también me dijo que merecía la pena seguir los instintos, que había que buscar la felicidad, que la llave del baúl de la felicidad está escondida en la Torre más alta del castillo del Egoísmo, oculto bajo un mar de agua procedente de las lágrimas de todas las personas del mundo al que sólo accedemos en ciertas ocasiones.
Por eso, juega a vivir, lucha, fracasa, llora, húndete, toca el fondo y, una vez allí, bucea hacia adelante, pasa por el monte de los Arrecifes, el lago de las Diatomeas y gira a la derecha. Avanza hasta llegar a la casa del pez Luna, asómate a su balcón y mira hacia abajo: verás un abismo. Sumérgete en él y allí encontrarás el castillo. Tus sentimientos son la llave que abrirá todas sus puertas, sube las escaleras y detente ante la puerta de la Torre. ¿Estás listo para alcanzar la felicidad? Abre la puerta, destapa el baúl, cógela y medita.
Te darás cuenta de que el secreto de la felicidad está en encontrar las cosas pequeñas de la vida que merecen la pena: una flor, una mirada, una charla, una café, una amatista, una sonrisa...
Toma aire y sube a la superficie. Renace de nuevo para triunfar esta vez.
Querida musa, gracias por todo, por escucharme, por aconsejarme, por confiarme el secreto de la felicidad, gracias de verdad... Reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Ellos
Cuando vienen y te pillan por sorpresa, te golpean de la forma más violenta y te hacen ver los lados más oscuros de la realidad, es cuando te das cuenta de que no habías reparado en ellos. Sí, esos que vienen cuando tú estás de bajón, con las defensas al mínimo y sin ganas de pelea, los que aprovechan tu debilidad para someterte bajo su voluntad.
Son ellos…
Desesperación, Miedo, Insomnio, Dolor, Tristeza, Abatimiento y todos sus amigos. Son ellos. Ellos.
lunes, 7 de marzo de 2011
Cuatro y veinte
Llegó a casa y se acomodó en el sofá sumergiéndose bajo las mantas. Exaló un profundo suspiro mientras entraba en calor. El día había sido largo y duro, aunque no por la dificultad de las clases ni por los acontecimientos ocurridos, sino por la inestabilidad emocional en la que se hallaba.
¿Por qué no iban bien las cosas? Cierto era que ambos habían cambiado y tras tantos meses de relación podría haberse instalado una cierta monotonía, pero... ¿por qué tantos problemas? Ella lo único que buscaba era recuperar la paz, volver a esas miradas de complicidad, rehacer el hechizo... No sería algo fácil, pero tenía que intentarlo: él aún despertaba en ella esos sentimientos que aceleraban el corazón y, por tanto, merecía la pena luchar.
Luchar. Una vez más. Sin embargo, esta vez sería diferente: se había propuesto conseguirlo. Y lo conseguiría.
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