domingo, 30 de octubre de 2011

¿Puedo decirte una cosa?

El mundo giraba lentamente, pero para ellos se había detenido. Se encontraban sentados en el suelo, apoyándose uno en el otro, al final de un pasillo perdido en un edificio abarrotado de gente.

Daba igual el lugar, daba igual la situación, estaban pasando el día juntos y eso era lo que importaba. Tras las múltiples muestras de cariño, apoyó la cabeza en su hombro y, mirándolo a los ojos, se preparó para decirle las palabras que harían que no olvidase aquel momento.

- ¿Puedo decirte una cosa? - preguntó en voz baja.
- Dime.
- Te quiero - contestó con una sonrisa.

Sabía que lo había soprendido, lo notó en sus ojos. En ese instante, se besaron. Para el resto de personas, eran solo dos chicos enamorados. Para ellos, era uno de los primeros capítulos de una larga historia.Una historia de fotos, de abrazos en la parada del autobús, de paseos interminables, de idioteces varias. Una historia. Su historia.


Casualidades. ¿Cómo puede dar la vida tantas vueltas y cruzar a las personas de formas tan extrañas? ¿Cómo puede ser que el chico Digimon y el chico de las flores volvieran a coincidir? ¿Cómo es que se seguían la pista, sin saberlo ninguno de los dos? Ya un mes, petardo <3

jueves, 20 de octubre de 2011

Luna del Cazador


Apagó las luces y quedó totalmente a oscuras. La luz de la luna llena entraba por el ventanal, creando sombras fantasmales por toda la habitación. Se sentó en el centro de la misma, apoyando las manos en el suelo, y respirando profundamente. Abrió los ojos, se levantó y comenzó a encender las velas dispuestas en círculo por toda la estancia.

El altar, lleno de hojas secas, calabazas y fotos de sus antepasados, inspiraba respeto. El humo procedente del portainciensos bailaba entorno a las velas y se esparcía más allá de la mesa sagrada, creando un aura de misterio que se extendía por toda la habitación.

Abrió el ventanal, dejando que la brisa nocturna entrara para acompañarla durante el Esbat. Se dirigió al centro del círculo y, encarándose al ventanal, se concentró en el pequeño símbolo que había pintado en la parte superior del mismo, un triángulo verde invertido, con una línea horizontal surcándolo por la mitad. Tras unos segundos, entendió los brazos y comenzó a susurrar:

- Guardián del Norte, Elemento Tierra…

Apenas quedaban dos semanas, el velo se desvanecía y, con él, los restos del Verano.

lunes, 3 de octubre de 2011

Copia barata


Siempre fuiste una sombra. Un muñeco de fieltro, sin vida, sin personalidad, sin energía vital para seguir adelante. Un recuerdo inmóvil, inerte, oscuro y sombrío, olvidado en un rincón de la mente de algunos.

De pronto, conociste la luz. La magia. Sacaste de nuevo ganas de seguir adelante, de luchar y de intentar ser una persona feliz. Tú, un muñeco, intentando ser alguien. Aprovechaste mis encantamientos para volver a la vida, en secreto, para aprender algo de ellos y utilizarlo a tu favor.

Creíste ser poderoso y tenerme atrapado en una telaraña, olvidando que fui yo quien te enseñó a tejerlas. Me lanzaste la red y, para tu sorpresa, la destrocé. Quedaste solo, a oscuras, de nuevo viviendo entre sombras.

Dicen los vientos del norte que sobrevives. Que intentas ser lo que un día fuiste, que intentas descubrir mis secretos, que tratas de seguir mis patrones: que eres oro oxidado, falsa plata, que tan solo eres una triste copia barata.