viernes, 28 de septiembre de 2012

El placer de dormir juntos

Se despertó en mitad de la noche, sin ubicarse dónde estaba. Al momento, le vió. Ahí estaba, durmiendo profundamente a su lado, dándole la mano, y con una pierna echada por encima de la suya, tal y como se habían quedado dormidos.

Sonrió para sus adentros y pensó en lo afortunado que era al poder dormir con cierta frecuencia con un chico así, que se preocupaba por él, que en el día a día estaba ahí dando su apoyo, aunque no siempre a veces se diese cuenta, con una persona que le hacía sentirse agusto, que le transmitía seguridad y que poco a poco iba calándole más profundamente. Le susurró un te quiero al oído, acompañado de un tímido beso en la mejilla y se acurrucó de nuevo junto a él, pensando en la suerte que tenía al poder disfrutar de ese pequeño placer tan especial: el placer de dormir juntos.

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