domingo, 24 de junio de 2012
10 días
Sólo 10 días más de estudio intensivo, de ver amanecer, de contemplar cómo el tiempo se esfuma entre apuntes, de dormir poco y agobiarse mucho. Un esfuerzo más. Un último empujón y a volar.
viernes, 8 de junio de 2012
Oda al Sol
Hay canciones que te marcan. No sólo porque te guste la letra o porque la hayas escuchado hasta la saciedad hasta tenerla resonando en tu cabeza día y noche, sino por las vivencias y sensaciones que te hacen recordar.
Cierro los ojos y me dejo llevar por la melodía que me transporta de nuevo a tu sofá, aquel en el que me cogiste la mano por primera vez. Aquel en el que escuché la Oda al Sol mientras nos acariciábamos en ese cuarto cargado de arte que, noches más tarde, me haría soñar mientras dormía contigo entre mis brazos. Despertar y verte a mi lado, abrazarte de nuevo y volver a dormirme con una sonrisa fue uno de esos pequeños momentos de felicidad que guardaré muy dentro.
Que siga brillando el Sol, que continue sonando la música durante muchas noches. Espero que la de ayer fuera la primera de otras muchas noches que aún queden por llegar.
Cierro los ojos y me dejo llevar por la melodía que me transporta de nuevo a tu sofá, aquel en el que me cogiste la mano por primera vez. Aquel en el que escuché la Oda al Sol mientras nos acariciábamos en ese cuarto cargado de arte que, noches más tarde, me haría soñar mientras dormía contigo entre mis brazos. Despertar y verte a mi lado, abrazarte de nuevo y volver a dormirme con una sonrisa fue uno de esos pequeños momentos de felicidad que guardaré muy dentro.
Que siga brillando el Sol, que continue sonando la música durante muchas noches. Espero que la de ayer fuera la primera de otras muchas noches que aún queden por llegar.
sábado, 2 de junio de 2012
Amanece
Amanece.
Es increíble esa sensación de ver cómo poco a poco el mundo
comienza tímidamente a despertarse. El cielo cambia del negro al azul, pasando
por el morado, mientras un silencio aplastante reina a tu alrededor, sólo
interrumpido por murciélagos trasnochadores que buscan cobijo.
Y mientras tanto yo, sentado en el jardín con un té en una
mano y un tocho de apuntes en la otra, disfruto de este pequeño momento de
soledad, acompañado tan sólo por mis
pensamientos. Momento que, rodeado de plantas, pensamientos positivos, olor a
madreselva y los primeros destellos de luz del día, sirve para recargarme las
pilas y afrontar el día con una sonrisa.
Amanece, que no es poco.
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