A veces, ocurren cosas que te hacen ver que la lucha contínua merece la pena, que las horas de sueño sacrificadas sirvieron de algo, que el renunciar a tantísimas cosas verdaderamente valió la pena.
Es ahora cuando me planteo el luchar a lo salvaje, luchar contra todos los problemas de la sociedad, luchar por que no nos hundan en el futuro, luchar por seguir cumpliendo mis objetivos, luchar por un mundo mejor, luchar para que esa pequeña lista de color rojo se vuelva entera verde. Y sí, quizá tropiece y alguna meta se caiga al suelo, pero no por ello voy a rendirme.
Y para los lectores que no sepan de dónde viene todo esto... Dos años y medio: Comienza la cuenta atrás.