Aún no sé ni cómo reagrupar tantísima felicidad, este cúmulo de buenos sentimientos, esta cantidad de alegría que has producido en mí hoy. Sólo sé que no puedo parar de pensar en el fantástico día que hemos pasado juntos.
Nervios a primera hora de la mañana, acompañados por estrellas, columpios y música a la vez que por fin estábamos juntos por primera vez y un chispazo de magia sacudía nuestros cuerpos y se reflejaba en tus pupilas. Después, la playa marcó mis recuerdos. Doy gracias a Neptuno por enviarnos esa gigantesca ola cargada de complicidad que nos transformó en peces andantes en menos de un segundo, ola que nos hizo secar toda nuestra ropa al sol para después mojarla de nuevo al dar un paseo por la orilla, viviendo la nueva experiencia de ir cogido de la mano.
Caía el sol, al igual que tus manos sobre mi pelo, haciéndome soñar mientras exploraba con las mías tu rostro aún por conocer. Allí los dos, llenos de arena, piedras y sal, con la maldita mosca dando el latazo, será que no había gente en la playa, pero nada, debía estar celosa, jajaja.
Sin duda, un día perfecto, así lo han demostrado las lágrimas de felicidad que he dejado en el camino. Espero que haya más días tan bonitos como el de hoy. Sé que los habrá. Aunque espero que la próxima vez, la ola nos pille en bañador.
ME ENCANTA! *-*
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias Jose! Gracias por este día tan especial. *.*
ResponderEliminarPablo, tú tan auténtico como siempre... se te echa mucho de menos, espero que todo siga así de bien en tu vida para siempre, te lo mereces!
ResponderEliminarte quiero mucho... Maram
Maram, ya sabes que sobran las palabras... Yo también te echo de menos, sobre todo esas conversaciones filosóficas que tanta razón aportan a mi vida. ^^
ResponderEliminarUn besazoo
que bonitooo! =)
ResponderEliminarme gustaa tu blog! pasate por el mio a hechar un vistazo si quieeres
http://susurrandoleaalviento.blogspot.com/
Un saludo,t sigooo